La principal pregunta que el
hombre se ha hecho a lo largo de la historia es: ¿quién soy? Esta cuestión
comprende el presente, pasado y futuro del hombre y es considerada como una
pregunta perenne, pues, a pesar de ser la misma interrogante a través del tiempo,
no se ha podido llegar a un consenso acerca de su respuesta, dado que cada
época y cada cultura tiene su forma peculiar de ver el mundo.
En el caso particular de los
mexicanos, este asunto tiene sus raíces en los españoles y en los indígenas,
pero más profundamente, en estos últimos, pues su presencia en el continente
americano se remonta a muchos años antes de la llegada de los españoles.
Tal y como lo argumenta
Villoro, la definición de nuestra identidad ha pasado por distintas etapas (que
van desde la adopción de la cosmovisión que España aporta al Nuevo Mundo hasta
la apreciación social del indio), pero en todos esos momentos históricos la
participación de los indígenas ha sido fundamental.
Así pues, podemos apreciar
que la identidad del mexicano está firmemente arraigada en los pueblos
indígenas, que se encuentran en el continente americano desde la época
prehistórica. Entonces, para poder conocer quiénes somos y de dónde venimos es
necesario estudiar los distintos pueblos indígenas del México Antiguo,
comprendidos tres áreas culturales: Mesoamérica, Aridamérica y Oasisamérica.
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