lunes, 27 de enero de 2014

MÉXICO PRECOLOMBINO (Segunda parte): CONCLUSIÓN

La mayor parte de la historia que conocemos del México antiguo se desarrolló en la región centro y sur de nuestro país, es decir, en Mesoamérica. Este hecho se debe, tal vez, a que los grupos humanos de mayor esplendor radicaban en esta área; muestra de ello son las obras monumentales que se han encontrado en lo que antes era Mesoamérica.

Mesoamérica debe su nombre a su posición geográfica, ya que se encuentra en una posición intermedia del continente. También, se debe a su localización el desarrollo de una gran diversidad de culturas, pues, en tanto que área geográfica, Mesoamérica constituye un mosaico ecológico, por la confluencia en este territorio de una variedad inigualable de climas y ecosistemas (que incluyen desde cadenas montañosas hasta amplias planicies costeras).

Así pues, Mesoamérica es un mosaico cultural, por la diversidad de sociedades que participaron en el proceso histórico y por las diferentes vías que siguieron en su evolución. A pesar de la diversidad, estos pueblos fueron capaces de construir una unidad cultural en torno al cultivo de maíz y de crear una tradición.


Entonces, la unidad mesoamericana no implica una evolución paralela de los pueblos, ni consiste, únicamente, en la existencia de rasgos comunes; más bien, se debe a una historia compartida, a partir de la cual, se edificó una importante tradición, que, en algunos casos, sigue vigente hasta nuestros días.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario