jueves, 3 de abril de 2014

EL TIEMPO EJE DE MÉXICO: CONCLUSIÓN COMO ENTREVISTA IMAGINARIA A BENITO JUÁREZ

ENTREVISTADOR (E): Señor Benito Juárez, ¿en qué momento fue que se abrieron las perspectivas para los liberales en nuestro país?

BENITO JUÁREZ (BJ): Cuando Juan Álvarez fue designado presidente interino de la República, pues en este gobierno, Melchor Ocampo y yo ocupamos un lugar relevante, a través del cual, buscábamos reformar una sociedad y Estado que habían carecido de solidez.

E: ¿En qué consiste el programa que proponen los liberales?

BJ: en la separación de la Iglesia y del Estado, la abolición de los fueros militares y la desamortización  de los bienes pertenecientes a comunidades religiosas.

E: ¿De qué manera se ha avanzado en la consecución de los fines que persigue este programa liberal?

BJ: No se ha logrado la completa separación de la iglesia y del Estado, ni la libertad de culto, pero desde 1856 se promulgó la Ley Lerdo, por la cual se desamortizaron los bienes de la Iglesia y Corporaciones.

E: ¿Cómo fue que asumió la presidencia de la República?

BJ: Juan Álvarez abandonó la presidencia debido a los achaques de la edad. Entonces, el gobierno provisional recayó en la figura de Comonfort; en ese momento, yo ocupé la presidencia de la Suprema corte de Justicia. Después del golpe de Estado de Zuloaga, Comonfort abandonó el país y yo fui liberado de prisión para asumir la presidencia del país.

E: Pero, según tengo entendido, cuando usted tomó posesión de la presidencia, Zuloaga también hizo lo propio, ¿cómo fue este período en que existieron dos gobiernos?

BJ: Fue una terrible guerra civil que duró tres años, de 1856 a 1861. Período en que proclamé un conjunto de disposiciones legales que establecían la nacionalización de bienes eclesiásticos, la creación del registro civil, la secularización de cementerios y la instauración del matrimonio civil. Con estas medidas  quedaban sentadas las bases de una sociedad secularizada.

E: Pero, me imagino que estas disposiciones no fueron del agrado de los miembros del clero, ¿o me equivoco?, ¿cuál fue la reacción de la Iglesia ante estas leyes de reforma?


BJ: Claro que no fueron del agrado de los clérigos. La postura mayoritaria del episcopado mexicano fue expresada por medio de un documento conocido como Manifestación, por medio del cual los obispos condenaron todas las leyes proclamadas y me desconocían como presidente de la República.

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