miércoles, 5 de febrero de 2014

CUADRO COMPARATIVO DE LAS POSTURAS DE GINÉS DE SEPÚLVEDA Y FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS.

Cuadro comparativo de las posturas de Ginés de Sepúlveda y Fray Bartolomé de las Casas
Ginés de Sepúlveda
Fray Bartolomé de las Casas
La guerra a los indios no solamente es lícita, también es expediente.
La guerra a los indios no solo no es expediente, tampoco es lícita, sino inicua y contraria a nuestra religión.
El doctor Sepúlveda fundó su sentencia por cuatro razones:
1.       Por la gravedad de los delitos de aquella gente: por la idolatría y otros pecados que cometen contra natura.
En respuesta, el señor obispo señaló que aquellas guerras contra los gentiles idólatras no las mandaba Dios por su idolatría, sino contra los chananeos y jebuseos, y siete naciones que poseían la tierra de promisión. Porque si por sola idolatría Dios había de castigar los gentiles, a casi todo el mundo había de castigar.
2.       Por la rudeza de sus ingenios, que son de natura gente servil y bárbara, por ende, obligada a servir a los de ingenio más elegante, como son los españoles.
A esto respondió el señor obispo que aunque tengan algunas costumbres de gente no tan policía, no son en tal grado bárbaros, antes son gente gregaria y civil. Tienen bastante policía para que por esta razón de barbaridad no se les pueda hacer guerra.
3.       Por el fin de la fe, porque aquel sometimiento es más cómodo y expediente para su predicación y persuasión.  
El obispo contestó que como la fe no puede demostrarse por razones naturales, sino por sujeción del entendimiento, se requiere en los que la han de recibir una pía afición a los que la vienen a predicar, a lo cual eran contrarias las guerras.
No hay modo más apto para la conversión de los gentiles que la mansedumbre y buen ejemplo de los cristianos, pues los gentiles suelen juzgar la doctrina no por las palabras, sino por los actos mismos y las costumbres.
4.       Por la injuria que unos hacen a otros, matando hombres para sacrificarlos y algunos para comerlos.
Aunque el obispo de Chiapas concedió que a la Iglesia incumbía defender a estos inocentes, empero, dijo después que no era cosa conveniente ni decente defenderlos por guerras.
Tienen alguna manera de escusa para que no sean obligados a conocer su error siendo que que se lo dicen gentes armadas que representan ir más como enemigos a robar y matar que como amigos a enseñar.

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